Los ácaros causantes de enfermedad alérgica se localizan preferentemente en dos diferentes hábitats: viviendas y almacenes.

Los principales factores ambientales que influyen en la presencia de ácaros son: la temperatura y la humedad relativa. La temperatura óptima oscila entre 25º y 35º C.

La humedad relativa óptima para el D. pteronyssinus es superior al 75% y para el D. farinae (véase imagen) oscila entre el 50 y el 60%. La proliferación en estas condiciones es más rápida que a temperatura y humedad inferiores. La presencia de hongos facilita también el desarrollo de los ácaros, probablemente por la digestión previa que realizan estos sobre los lípidos con los que a su vez se alimentan.

Las especies que invaden las viviendas se denominan ácaros domésticos o del polvo de la casa, y pertenecen mayoritariamente a la familia Pyroglyphidae. Conviven con el hombre ya que se alimentan de las descamaciones dérmicas que éste pierde (en torno a 1 gramo al día) o de la de los animales de compañía. Su hábitat principal es el interior de las viviendas, encontrándose en mayor número en los colchones, sofás y en muebles revestidos de tela. En España se aíslan preferentemente D. pteronyssinus y D. farinae.

Las especies que se encuentran en almacenes se denominan ácaros de depósito o de almacenamiento. En España se destacan por su presencia los siguientes: Acaro siro, Tyrophagus putrescentiae (véase imagen izda. de la página siguiente)y Lepidoglyphus destructor. Se alimentan principalmente de granos y de otras partículas de comida presentes en el polvo doméstico, y su hábitat principal son los granos y en general los alimentos almacenados. Sin embargo, en ciertas circunstancias favorables, pueden proliferar en gran número en el interior de las viviendas. En las zonas donde se almacenan alimentos ricos en proteínas, como jamón o queso, se encuentra, sobre todo, el Tyrophagus putrescentiae. A su vez el Lepidoglyphus destructor (véase imagen dcha.) se aísla fácilmente en almacenes de cereales y es, además, un género muy común en el norte de España, en especial, en Galicia. El ácaro de depósito más frecuente en los domicilios de zonas tropicales y en las islas Canarias es la Blomia tropicalis.